sábado, 8 de noviembre de 2008

¿Dime… estás?

El cielo menos estrellado se ve,
las nubes ya no son de azúcar
el mar me abruma con su calma
y el sol ya no brilla en mi alma.

Te perdí…
Cada diecinueve de abril
se repite esta frase
te perdí…
Y aunque todo el tiempo te recuerdo,
fue un día como hoy, sentencio.

Dos años ya…
Dos, dos
y nada ni nadie
responsable se hace de mi dolor
¡¡¡ Si, del mio!!!!
Mi dolor, porque solo de él sé
no digo que nadie más te amara
cada quien es dueño de tu recuerdo.

Quisiera, simplemente quisiera…
Saber que estás, como antes,
como siempre.
Dueño de tu vida,
dueño de tus momentos…
Solo quiero que seas
que existas.

Lo sé…
Todos dicen que estás en mi corazón
siempre estuviste ahí;
Pero ansío… tu sonrisa llena de picardía,
tu malhumorado ceño que escondía el más
hermoso de los rostros.

No quiero sentirte, no quiero recordarte
no quiero ir al mar y tratar de tomarte,
quiero que estés junto a mí y poder abrazarte.


Viejo, muchas cosas hermosas han pasado desde que te perdí. Una de ellas es el nacimiento de mi adorada Antonia y su lección de amor a la vida y aunque suene para algunos ilógico, ella heredó tu fuerza, tu lucha, tu garra de PUMAMAQUI, en ella te veo… créeme. Pero con todo y mi preciosa, deseo que estés aquí, y sentir tu mano en mi espalda diciendoGorda, qué es de vos.

Paola (abril de 2007).