Querido Julio:
Tú, que te fumaste un puro con el Fidel,
Que saliste a defender al Chicho en el momento oportuno,
Que te tomaste chicha con la Nina y el Lucho,
Que les abrazaste como gran amigote al Pablo y al Silvio,
Que les contabas emocionantes historias a tus pequeñas Sisa y Sami,
Que amaste tanto a tus hermosas y bravas compañeras,
Que trabajabas y parrandeabas de lo lindo con tus panas del alma,
Como el Renato, el Ata, el Vicente y el Edmundo,
Que pataperreabas por todo lado,
Para captar con tu lente locamente sensato
Tanto el sufrimiento, como la alegría y la esperanza
De tu América Latina,
Estoy seguro, querido Julio,
Este mismo rato,
Estarás convenciéndole a San Pedro,
Que te deje salir del cielo,
Para tomarles fotos a las diez mil caras del Diablo,
Para que todo el mundo conozca sus pérfidos rostros,
Los escupa, aborrezca y rechace por donde aparezca,
Y no vuelva a pisar impune estas tierras americanas.
Pepe Almeida
Albuquerque, abril de 2005.
(Leido por Iván Guayasamín en el Chimborazo).
Tú, que te fumaste un puro con el Fidel,
Que saliste a defender al Chicho en el momento oportuno,
Que te tomaste chicha con la Nina y el Lucho,
Que les abrazaste como gran amigote al Pablo y al Silvio,
Que les contabas emocionantes historias a tus pequeñas Sisa y Sami,
Que amaste tanto a tus hermosas y bravas compañeras,
Que trabajabas y parrandeabas de lo lindo con tus panas del alma,
Como el Renato, el Ata, el Vicente y el Edmundo,
Que pataperreabas por todo lado,
Para captar con tu lente locamente sensato
Tanto el sufrimiento, como la alegría y la esperanza
De tu América Latina,
Estoy seguro, querido Julio,
Este mismo rato,
Estarás convenciéndole a San Pedro,
Que te deje salir del cielo,
Para tomarles fotos a las diez mil caras del Diablo,
Para que todo el mundo conozca sus pérfidos rostros,
Los escupa, aborrezca y rechace por donde aparezca,
Y no vuelva a pisar impune estas tierras americanas.
Pepe Almeida
Albuquerque, abril de 2005.
(Leido por Iván Guayasamín en el Chimborazo).
1 comentario:
Que difícil aún me remonto a esos momentos y creo que nunca pasaron es como si otra persona hubiese estado allí, hoy por fin entiendo ¿porque ?
nunca te vi morir, nunca me despedi de ti aún cuando estuve y vi tu cuerpo inerte nunca pude apretar tu mano... Viejo cuanto desee ser quien rodeara y protegiera tu latir antes de que este expirara, daria lo que no poseo por haber escuchado tu voz una vez más, por maldecir a cada uno de los que truncarón tu vida, por sacarme esta bronca que llevo.
son tantas cosas viejo son tantas y tan poco importantes que me averguenzan pero son mis trancas, esas que no me permiten dejarte ir, mismas que me llenan de inseguridades y desconfianza, no quiero ni puedo olvidar, no quiero ni puedo aún peor olvidar, solo quiero verte llegar sonriendo posar tu mano en mi espalda , besarme y nuevamente preguntar gorda ¿Que es de vos?
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