Julio era una persona maravilllosa, solidaria y amaba mucho al Ecuador. Trabajador incansable, muy querido por los sectores campesinos de la sierra y el oriente, viajaba con su cámara fotográfica y de video con una habilidad incomparable producto, creo yo, de su inigualable calidad humana.
Ayer hubo un muerto en las protestas y ese era un amigo mío. Patricia Espinosa.
…Me acabas de confirmar lo que no quería creer, pero aspiraba a que por un golpe de casualidad sea un homónimo. Ha fallecido un ser extraordinario, un amigo entrañable, cuya vida la puso siempre a favor de las causas populares. Seguro que su muerte, con todo lo dolorosa que es para quienes conocimos su valor y calidad humana, servirá para impulsar aun más la caída de esa caricatura del Pinochet ecuatoriano, que es Gutiérrez. Franklin Rodríguez.
Mi familia y yo lo conocimos en 1981. En mis viajes a Quito yo me alojaba siempre en su casa y cuando él necesitaba visitar la costa por sus múltiples trabajos documentales y fotográficos, se quedaba en la mía. Era un hombre noble, generoso, solidario, luchador inclaudicable, comprometido con el pueblo latinoamericano, enamorado de los indígenas ecuatorianos, entregado por completo a sus amigos, dispuesto siempre a darse por entero... Era una verdadera fiesta compartir con él una conversación, una delicia escucharle contar sus historias, sus viajes, sus bromas, sus consejos, su punto de vista sobre la vida, su acento chilenísimo adornando las reuniones. Marimar Ordóñez.
sábado, 19 de abril de 2008
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