martes, 8 de enero de 2008

Hace ya 20 años desaparecieron los hermanos Restrepo

El 8 de enero de 1988, los hermanos Carlos Santiago y Pedro Andrés Restrepo Arismendy, de nacionalidad ecuatoriana y padres colombianos, menores de edad, fueron detenidos por la Policía Nacional del Ecuador en un control vehicular rutinario pero desaparecieron mientras se encontraban bajo custodia policial.
La familia Restrepo empezó ahí un largo camino de búsqueda de sus hijos. Los días miércoles en la Plaza Grande han sido los testigos de su lucha por llegar a la verdad y por conseguir sanción para los responsables de este delito.
La impunidad sigue vigente y ampara horrendos crímenes. El abuso de poder se evidenció en muchos otros casos de desaparicidos durante el gobierno ultraderechista de León Febres Cordero (1984-1988), que no sólo toleró la brutalidad policial, sino que creó y perfeccionó cuerpos especiales dentro de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, bajo el mando directo del Presidente y el Ministro de Gobierno, para supuestamente combatir la subversión, pero los métodos represivos de estos grupos se aplicaron indiscriminadamente con trágicas consecuencias. Los dos jóvenes Restrepo salieron de su casa una tarde cualquiera y nunca más regresaron.
Julio apoyó activamente la larga lucha de Pedro Restrepo, su esposa y su hija, por saber la verdad sobre la desaparición de sus hijos y obtener sanción para los culpables.
Hoy, al cumplirse 20 años de su desaparición, Julio estaría junto a ellos, como siempre, apoyando su lucha, sin lugar a dudas.

1 comentario:

Exequiel Sagredo Wildner dijo...

Que buena idea, un blog para Julio, creo que cuando murió no existían. Todavía es muy fuerte la emoción de verlo en fotos. La vida, como a ti Renato, me regaló el privilegio de compartir estrechamente con el Julio, en una época extraordinaria. ¿Se podrá hacer algo para lograr un reconocimiento en Chile de su obra?. ¿Una exposición?, ¿Juntar recuerdo para una biografía?. Ciertamente ha sido desalentador las sonrientes muestras de interés de la Cinemateca Nacional y ningún gesto real por incorporarlo al patrimonio audiovisual de chilenos en el extranjero.